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En los tiempos en los que las nuevas tecnologías nos acompañan a todas horas, los compradores ya no actúan como lo hicieran antes. El perfil del nuevo consumidor nos dibuja a una persona que a mira los productos en la tienda física, para luego comprarlas online; los escaparates se convierten así en una especie de catálogo de deseos a los que los compradores acceden cuando tiene la posibilidad de hacerlo. Ya no existen las prisas por llevarse algo por miedo a que se agote; si no lo compramos ese día en la tienda física, lo encontraremos más tarde en Internet.

Según un artículo de Raúl Alonso ya son un 4% los compradores españoles que siguen esta tendencia, que asciende hasta el 10% en Japón y Brasil y parece haberse consolidado ya en China con un 24%.  La conducta avanza en Europa al mismo tiempo que en España y, aunque el dato puede parecer bajo, casi la mitad de las compras online provienen de este tipo de consumidor.

Los dispositivos móviles también intervienen en la decisión final de la compra del nuevo consumidor. Según este estudio, realizado a más de 26.000 consumidores, 33 de cada 100 personas usan el teléfono móvil en la tienda para leer reseñas sobre el producto que están pensando comprar y la mayoría busca en Internet el mejor precio, aunque eso suponga tener que optar por la compra online.

Estos resultados ponen de relevancia la importancia de monitorizar la presencia de nuestros productos en la red y ofrecer a los consumidores una experiencia que enlace de la mejor manera posible nuestra plataforma de comprar online con la tienda física. Para esto, es importante mentalizar a nuestro equipo de trabajo y prepararles para que entiendan que la plataforma online es tan importante como el establecimiento en el que trabajan, formándoles para que estén preparados para usarlas y contestar a cualquier duda que pueda surgir a los clientes.