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Seguro que este no es el primer artículo sobre estrés que lees. Y como nosotros también estamos cansados de la teoría, te vamos a explicar algunos pasos prácticos a seguir para sentirte bien contigo mismo en el trabajo y maximizar tu eficiencia en el menor tiempo posible. Al fin y al cabo, se trata de cambiar pequeños hábitos que , sumados, harán que la jornada laboral sea más tranquila y llevadera.

– Concreta los tiempos: No alargar la jornada laboral más de lo necesario es una de las claves principales para combatir el estrés. Concreta tus horarios y extiéndelos sólo en caso de que sea estrictamente necesario. Lo que no hayas hecho, ya lo harás mañana.

– Las cosas de una en una: Si mientras diseñas una estrategia de marketing estás haciendo mentalmente la lista de la compra, serás tan poco productivo como si mientras cenas con tus amigos intentas prepararte una ponencia para una reunión. Procura ser consciente en cada momento de lo que haces, centrándote en el aquí y el ahora, y echando de tu mente todo lo que distraiga.

– Haz pequeñas pausas: ¿Has probado alguna vez a meditar en el trabajo? Durante cinco minutos colócate en una posición cómoda, cierra los ojos, respira profundamente y trata de apartar de tu mente todo pensamiento. Concéntrate en tu respiración, relaja tu cuerpo, y mantente en ese estado tranquilo hasta que notes que tus pulsaciones se ralentizan y tu estrés disminuye. Con un par de momentos así cada día, te sentirás más relajado y te resultará más sencillo desconectar cuando debas hacerlo.

– Procura prevenir dificultades, no esperar a tener que resolverlas: Un guarda forestal dedica su tiempo a impedir que los fuegos se produzcan: limpia el suelo de ramas y hojas secas, hace cortafuegos, vigila las zonas más vulnerables del bosque… Un bombero va adonde el fuego se produce y lucha por apagarlo. ¿Qué profesión crees que es más estresante y peligrosa?

Procura ser en tu día a día un guarda forestal, adelanta trabajo si puedes, ve atendiendo las tareas importantes una por una, y no tendrás que pasar una semana angustiado apagando fuegos que no supiste prever.

– Organiza tus tareas:. Cada lunes, escribe en un folio las tareas que debes completar esa semana, y distribuye el trabajo. Utiliza colores, post-its y cualquier cosa que contribuya a convertirlo en una herramienta visual útil. Si a lo largo de la semana surgen tareas nuevas, anótalas en tu folio y dales la importancia que tienen. No por llegar las últimas tienen que ir las primeras. Aprende técnicas de GTD (Getting Things Done) y de Gestión del tiempo y las interrupciones.

Lidiar con el estrés no es difícil si logras prevenir que se produzca. Intenta sentirte a gusto en tu puesto, busca lo positivo, incluso en las cosas que te fastidian, y no dejes que las personas agobiantes y tóxicas de tu alrededor acaben con tu paciencia.

Tú eres siempre el dueño de tus decisiones y de tu estado de ánimo, si no das ese poder a los demás. ¡Permítete sentirte bien, y disfruta de tu trabajo!