El escaparate es la tarjeta de presentación de nuestro negocio y nunca puede estar descuidado. Pero ¿cómo destacar en una calle llena de tiendas? No todo son colores chillones, hay que aplicar un poco de técnica y sentido común, junto a algunos otros trucos que nos recomiendan en la revista Emprendedores.
– Movimiento: ¿Cuántos escaparates con cosas que se mueven recuerdas? A esta pregunta hay dos posibles respuestas:
– «Ninguno. Todos los que puedo recordar son estáticos»
– «¡Todos! Me acuerdo de cada uno de los nombres y marcas de aquellos escaparates tan chulos»
La escasez de los escaparates con movimiento nos abre un mundo de posibilidades. ¿Por qué no pruebas?
– Las antigüedades atraen las miradas: saca tu antigua máquina registradora de ese rincón polvoriento del almacén, límpiala y ponla en tu escaparate. ¿Tienes una mercería? ¿Alguna máquina de coser antigua que exponer? Para una papelería, nada mejor que una antigua máquina de escribir, La nostalgia vende, así que ¡aprovecha!
– Pon el foco donde más te interese: Todo escaparate debe tener un elemento estrella, lo suficientemente resaltado para que los ojos se vayan hacia él en primer lugar. Este consejo tiene mucho de cinematográfico, aunque a veces basta con jugar con los colores, dando monotonía al resto del escaparate, para destacar en otro color el elemento estrella.
– Añade algo de la filosofía de la empresa: Si vuestra mentalidad es sostenible, ¿por qué no usar materiales reciclados? Si abogáis por la protección de la naturaleza, añadir plantas y otros elementos verdes puede ser también una potente atracción para las miradas. Si tu filosofía es más industrial, puedes jugar con tuberías y otros elementos similares. Si combinas todo esto con el consejo anterior sobre las antigüedades, el resultado puede ser espectacular.
Hagas lo que hagas, recuerda que la competencia nos exige ser diferentes para lograr atraer a nuestros posibles clientes. ¿Te atreves con algo nuevo?